De Mamá a Mamá: Tengo miedo

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De Mamá a Mamá: Tengo miedo

Escribo este artículo a una semana de convertirme en Mamá de Kinder, Mamá que ya se tiene que basar en un horario y calendario escolar, Mamá que ya le puso etiquetas a los uniformes, que está melancólica, nerviosa y emocionada de ver que mi bebé ya creció y se va a la escuela por primera vez. Vienen muchos cambios, mucho silencio en casa en las mañanas, nuevos horarios, rutina, convivencia con otras Mamás y Papás del salón. Y tengo miedo. Esa es la palabra. Miedo de no estar haciendo lo correcto en tantas áreas de la maternidad, desde si está bien o no lo que come mi hijo, de si está en la edad correcta para entrar a la escuela, de si paso suficiente tiempo con él, de si lo estoy educando como debo, pero ¿Qué es lo correcto? Me toca ver Mamás con mucha ayuda, enfermeras, nanas y choferes, así como Mamás con tres hijos que resuelven perfectamente solas pero ¿Qué es perfectamente? ¿Alguna de ellas es menos Mamá? ¿Mala Mamá? ¿Peor Mamá? ¿Existe una mala Mamá? Si, la verdad es que si las hay. Mamás tóxicas, mamás que explotaban y vendían a sus hijas, mamás que han matado a sus hijos, casos de terror que vemos en las noticias pero partamos del punto de que estamos hablando de Mamás sanas, Mamás que hacen lo mejor que pueden, Mamás que vemos todos los días. Se me ocurren estos tipos de Mamás:

La Mamá “Yo puedo sola y vivo para ellos”: Es esa Mamá que no permite que nadie la ayude para nada, no sale de viaje desde que tuvo a su primer bebé, critica a las que contratan ayuda siempre recalcando que ella también podría tenerla pero elige no hacerlo porque “ella es la Mamá y no tuvo hijos para que alguien más los cuidara”. Generalmente llega tarde a los eventos, pelo mojado, apurada, respirando rápido y agotada pero sus hijos perfectamente combinados e impecables. Llega a las piñatas sin regalo porque “Perdóname amiga, no me da la vida, acuérdate que nadie me ayuda con mis hijos”. Grita al primer intento de pleito entre sus hijos y recibe al esposo en pijama, agotada, de chongo y le dice “Cena rápido que tengo sueño”.

La Mamá “Sin ayuda me muero, son la felicidad del hogar”: Es esa Mamá que tiene mucha ayuda, la casa divina, es la mejor anfitriona. Siempre está abierta su casa para visitas, tiene flores, botanas, menú de tres tiempos y funciona muy bien su dinámica sin culpa alguna, sabe pedir ayuda y sabe delegar. Son las que dicen frases como: “Gordo, dile a Mari que lleve a los niños al jardín porfa, que les eche un ojo, en lo que checo el horno”. Está super presente, sus hijos la adoran y es tan organizada que le da tiempo de hacer ejercicio, ver amigas, trabajar en lo que le gusta, sentirse realizada, ama su casa, es ambiciosa, abusada, consigue lo que se propone.

La Mamá “Yo trabajo”: Es esa Mamá que trabaja por elección, no por necesidad y acepta que lo suyo, lo suyo, no es sentarse a pintar y a jugar con sus hijos, que no tiene paciencia. Dice “Amo a mis hijos pero me necesitan en la oficina y yo toda la vida he trabajado, no pienso dejarlo” Y contrata a alguien que los cuide, vista, bañe, cocine y juegue con ellos. Ella es Mamá de 7 pm a 7 am, le toca prácticamente verlos dormidos de Lunes a Viernes y los fines de semana es cuando convive con ellos. Trabaja igual o más que el Papá y está convencida de estarle dando un gran ejemplo a sus hijos, aporta para los gastos de la casa y tiene muchas metas profesionales, diplomas, cursos y es exitosa.

La Mamá “Tengo que trabajar”: Es esa Mamá que tiene que salir a trabajar todos los días, por más que daría lo que fuera por quedarse en casa y no tener que encargarlos con alguien o dejarlos en algún lugar. Es esa Mamá que cuenta los minutos para poder salir corriendo del trabajo a recoger a sus hijos y estar en casa. Que está agotada pero es súper luchona y puede con todo y más. Llega a casa y todavía cocina, limpia, da de cenar, lava ropa, se despierta temprano para preparar lunch, hacer camas, dejar todo listo y no llegar tarde al trabajo.

Con estos cuatro perfiles que estamos viendo: ¿Qué cambia entre estas cuatro Mamás? ¿La situación económica? ¿Los valores? ¿Las prioridades? ¿Cuál de ellas es más feliz? ¿Los hijos de cuál de ellas son los más educados? ¿Los hijos de cuál de ellas van a ser mejores seres humanos? ¿Cuál de ellas tiene más probabilidad de divorciarse? ¿Cuál de ellas tiene más probabilidad de que sus hijos tengan un problema de alcoholismo o drogadicción?

No tengo idea. Hoy no soy la Mel Psicóloga que sabe de patrones de conducta, estadísticas, focos rojos, apego seguro y de huellas de abandono, no. Hoy soy Mel, la Mamá. Y esa es mi respuesta: No tengo idea. No hay reglas. Todos conocemos familias donde uno de los hermanos es el más educado, caballeroso, inteligente y cariñoso, mientras del otro lado, con dos añitos de diferencia, hay un hermano “problema”, un hermano que corren de todas las escuelas, que reta a sus papás todo el santo día, que trae broncas con el alcohol, que es un bueno para nada, tiene cero respeto por la autoridad, etc. Y me preocupa eso, no saber lo que nos espera como Mamás, porque las Mamás de esos niños también hicieron su mejor esfuerzo y también le echaron todas las ganas para criar buenos seres humanos. Tenemos que empezar a empatizar más, detrás de un niño berrinchudo que está tirado en el piso en el super haciendo un escándalo, hay una historia. Y no tenemos ni la menor idea de por lo que está pasando. Cada día veo más competencia que entre Mamás, más ojos juzgones, no estamos practicando la empatía, nos la vivimos comparando, compitiendo, queriendo demostrar tanto y me pregunto ¿A quién? Si con quien debemos estar felices, agusto y en paz es con nosotras mismas. De verdad.

¿No les ha pasado que ven Mamás súper ausentes que tienen a alguien en casa que se encarga por completo de sus hijos y son los más educados, no gritan, no avientan cosas, comen perfecto y están impecables? Y volteas a ver al tuyo y dices: ¿Qué estoy haciendo mal? Mientras muerde su segunda bola de helado del día y chorrea por su playera ya manchada desde hace un par de horas. Jajajajaja. Esa soy yo. Y se los cuento sin letras chiquitas. Soy esa Mamá que tiene ayuda, que tengo la suerte de haber encontrado en quien apoyarme en casa y con mi hijo, próximamente hijos. Pero que me ha costado muchísimo soltar y delegar. Miguel tiene un año ocho meses, desayuna, come y cena conmigo todos los días, lo bañamos Papá o yo, excepto unas cinco, seis veces que he pedido que me echen la mano ya que tuvimos que salir por algo. Soy una Mamá muy presente, apegada, aprensiva, trabajo cuando duerme su siesta, voy a mis juntas en esas dos horas y todo lo programo así, para que cuando despierte de la siesta de medio día, yo esté ahí y no note mi ausencia ¿Pero saben qué? Un día mi esposo me dijo: “Pues si no vas a aprovechar y a aceptar que te ayuden entonces les voy a dar las gracias”. Y con toda la razón, me dormía tardísimo por no “descuidar” a mi hijo un par de horas en el día y trabajaba de noche, contestaba mails de noche, revisaba contratos de noche, salía en bata agotada a cenar con él al comedor y ni lo volteaba a ver a los ojos porque AL FIN había dormido a mi hijo y ya podía hacer mis cosas. Me di cuenta que me estaba dejando llevar por prejuicios, por creer que si mi hijo jugaba una hora al día con quien me ayuda, ya era una pésima Mamá. Y no. Mi hijo se carcajea con ella, la pasa bomba, se adoran. Y a mí esa hora o dos horas me alivianaban muchísimo para no vivir con prisa, con mil pendientes, desvelada, atrasada en fechas de entrega de proyectos, en resumen, de malas. Ahora que tengo siete meses de embarazo y empecé con contracciones, igual que en mi primer embarazo, me acaban de mandar un tipo de “medio reposo” con advertencia de que si no me calmo me mandan reposo total. Y no tengo de otra más que soltar mi necesidad de controlar todo. Ahora no puedo cargar tanto a Miguel como antes, no puedo bajar al parque y subirme a las resbaladillas como antes y ¿Saben qué? Ha sido bueno para él y apenas va una semana.

Lo veo más independiente, llega feliz a la casa buscándome y gritando “Mamá, mamá, llegué”. Me enseña lo que dibujó en la ludoteca, corre por toda la casa, él está bien. A veces siento que somos un poco ingenuas en creer que sufren sin nosotras y que seguramente están llorando por las esquinas. Y no. Es fuerte como Mamá darte cuenta que no les pasa nada, que aunque siga siendo tu bebé, ya creció. Y ahorita están en esa etapa tan linda de descubrir el mundo, son esponjitas, aprenden y absorben palabras nuevas, texturas, formas, animales, plantas. Y van a estar bien. Creo que el truco está en estar absolutamente en paz con quien te ayuda, en confiar de corazón en quien trabaja en tu casa o en la Miss, en la suegra, en tu Mamá, en quien te eche la mano. Y si nadie te echa la mano y te identificaste con esa Mamá vuelta loca, enojada, con prisa y agotada: PIDE AYUDA. No traten de demostrarle al mundo que todo lo pueden, porque nadie quiere una Mamá que todo lo pueda, queremos Mamás humanas, que se cuiden, se quieran, se rían, que tengan vida, amigas, tiempo para ellas, que tengan miedos, gripa, días buenos y días malos. No queremos Mamás tan multitask que se olviden de abrazar, de disfrutar un helado con ellos y una sobremesa larga, de tomarse el tiempo de despedirse de Papá de beso y abrazo y no hacer hasta eso con prisa, de dormir un día hasta más tarde. Mamás humanas que sepan pedir ayuda y que sean realmente felices. La vida está pasando demasiado rápido como para ser estas mujeres con unas listas de cosas que hacer interminables cada día con tal de tener hijos e hijas karatekas, nadadores, futbolistas, bailarinas, gimnastas, pero además traer las uñas, el pelo, las pestañas, las cejas, la piel, el cuerpo, la bolsa, la mamá van, la comida sana, gluten free, sugar free, keto, paleo y todo eso que ni sé bien qué significa. ¡Qué agotador! Si te da tiempo de hacer todo eso y lo disfrutas, te encanta y lo haces únicamente por ti, porque te hace sentir guapa, bien, sana y feliz… adelante. Pero no por competir o por demostrar. De nada sirve traer pelazo y pestañazas si vas a estar amargada, ojerosa y cansada.

Entonces, hay que voltear a ver a todas las Mamás que tenemos alrededor, con todo y las etiquetas que les ponemos, si, todas. La luchona, la fodonga, la que siempre está arreglada, la muy religiosa, la reventada, la mamá soltera, la divorciada, la súper mamá, la gordita, la que nunca está con sus hijos, la guapísima, la que la dejó el esposo, la del cuerpazo, la que manda al chofer y a la nana a recogerlos, la que metió la pata, la famosa, la tipaza, la esposa del guapo, si, si. Todas hemos etiquetado sin saber más allá y sin conocer su historia y así hemos sido siempre, somos mujeres, nos encanta el chisme peeero… ¿Quién lo está haciendo mejor? ¿Cuál querrías ser tú? 

Sé esa. Sé esa que te llama tanto la atención. No pares hasta ser esa que leíste la descripción y se te antojó estar en su lugar. Encárgate de tener el tiempo de hacer ese cambio chiquito que llevas tanto tiempo queriendo hacer y no has logrado. Normalmente la que siempre está arreglada sueña con ser la que llega en ropa de gimnasio y aún así se ve guapa, la que trae la mamá van del año y chofer sueña con ser la que maneja y se echa un cigarro en su coche, después de dejar a los hijos y va cantando feliz y hablando por teléfono de lo que se le pega la gana. La que tiene al hijo que ya habla muchísimo muere porque sea como el de enfrente que come perfecto porque el suyo no come nada. Y la del hijo que come perfecto muere porque el suyo ya diga algo más que no sea “Mamá”, “Papá” y “Agua”. La que muere por estar siempre arreglada no ha logrado tomarse el tiempo de arreglarse desde hace años. Y es eso. Vivimos postponiendo lo nuestro.

De Mamá a Mamá: ¡Tengo miedo! Miedo de no darnos cuenta del daño que les podemos hacer si no nos detenemos a disfrutar, a sentir, a oler una flor, a comernos la crepa con doble nutella que nos encanta acompañada de la coca zero fría una vez a la semana. A hablar de lo importante con ellos, a escucharlos, a pasar todo un Domingo en pijama solitos cocinando, viendo por milésima vez Paw Patrol sin pensar en la agenda, en los pendientes, en lo que sigue. Yo hoy tengo miedo de no saber cómo van a ser mis hijos, miedo de que me marquen en unos meses o años de la escuela para decirme que alguno de ellos mordió a un compañero o que lo están molestando en el recreo. Tengo miedo pero el miedo paraliza y no trae nada bueno mas que cuando es transformado a lo que intento hacer con ustedes en este artículo, a tener una WAKE UP CALL o una LLAMADA DE ALERTA para bajarle al juicio entre Mamás, a dejar de señalar, criticar y comparar. Ninguna es perfecta, nadie lo es.

Ayudémonos juntas cuando alguna pida nuestra ayuda, asesorémonos aceptando en lo que la hemos regado, en lo que acertamos y dejemos que cada quien eduque a sus hijos como se le pegue la gana, como mejor le funcione y como mejor le parezca.

Se vale tener miedo. Se vale llorar el primer día de clases. También se vale salir del primer día felices, brincando y sintiendo que recuperamos nuestra vida o nuestras mañanas. Yo no sé qué voy a sentir ni cómo me va a ir, pero agradezco muchísimo a la vida ser Mamá, estoy feliz de haber entrado a la escuela que escogí con tantas ganas para mi hijo, feliz de verlo sano, contento, cariñoso y voy a convertir todo ese miedo en pilas, en energía, en seguir aprendiendo, disfrutando, tropezándome, desesperándome y todo lo que implica ser Mamá para que en muchos años pueda voltear a verlos ya grandes y con toda la paz del mundo decirles: “Mamá ya cumplió, les toca hacer su vida, tomen lo que les sirva de lo que les di, no repitan lo que no les gustó y gracias siempre por haberme escogido de Mamá».

 

12 Comments

  1. Hermoso artículo una vez más ? …… y aún como t lo he comentado en otras ocasiones, no soy mamá, ni estoy casada …… trato a muchas d ellas, ps soy maestra d apoyo.d educ.especial en preescolar y amo mi profesión, misma q m acerca c muchos d estos perfiles d mamás en la vida real y sin letras chiquitas ??
    FELICIDADES MEL x tan asertivo artículo!!!!
    ????????

  2. Muy cierto, muy humano y muy real este post. Gracias porque al leerte no me siento sola y mucho menos me siento única al sentir que soy la única que piensa o siente lo mismo o muy similar a lo que plasmas aquí

  3. De mamá a mamá… mil gracias!!!!!!! Gracias por tener tantos artículos tan inspiradores, me encanta leer cada uno y lo hago emocionada y feliz porque cada uno me inspira y me da paz de que algo estoy haciendo bien como mamá primeriza. Ojalá muchas mamás lo lean y empecemos a empatizar entre nosotras, nos hace mucha falta!!! Gracias Mel ???

  4. Yo tengo 3 hijas, no tengo ayuda como quisiera porque no he encontrado a alguien, y créeme he buscado, alguien me ayuda 2 veces a la semana y trato de mantener mi casa lo mejor posible cero es un desastre pero nada perfecto , cuando veo los posts de las casas divinas me entra la depre pero luego pienso q mas cansada sería una bruja y lo dejo pasar . Mi esposo viaja 3-4 días a la semana y hay veces que si soy la mamá gritona, y si me da pavor lo q se les va quedar. Mi miedo no es a delegar, perfectamente dejo a mis hijas con mis papás o mis hermanas q siempre han sido mi apoyo, he viajado con mi esposo y sola , no soy tan aprensiva. Mi miedo no es a no cumplir es a meter a alguien a mi casa cuando pasamos tanto tiempo solas, tengo también trabajo medio tiempo con mi papá (lo hace más flexible pero también es más presión) y Hay días en q de plano no puedo el cansancio me mata, sigo en busca y espero encontrar a alguien para alivianar la carga. Pero sabes que? Si hay algo de lo q me siento orgullosa es que nunca me vas a oír decir, “ es q tengo 3” porque son lo mejor de mi vida. Culpa? Si a veces mucha más q otros días, pero trato de hacer lo mejor q puedo y dar lo mejor de mi siempre, no soy perfecta para nada, pero soy una mamá muy feliz

  5. Que lindo !!! Yo creo que yo soy de las mamás que trata de darle tiempo y calidad a su hijo, pero que también quiere realizarse y también busca ayuda cuando lo necesito!
    También me he cachado criticando a otras mamás y también me he dado cuenta que los hijos escogen a sus padres y como sea su historia familiar es perfecta para el o ella.

  6. Wow Mel, me llegó este artículo justo cuando lo necesito, recién hace un mes decidí ser mamá de tiempo completo, por varías circunstancias, pero tienes razón a veces nos dejamos a un lado por tener al 100% a nuestros hijos por el que dirán si lo traigo sin peinar, en calcetines, sin calcetines, bla bla bla. Y tienes razón da miedo por que te llenan la cabeza de mil ideas, lo bueno es encontrar a gente como tú, diciendo lo “malo” para pensar positivo. Gracias. ?

  7. Estoy tan feliz de leer esto en el momento indicado, justo en unas horas mi niño tendrá su primer día de clase de Pk y estaba tan temerosa y no e parado de llorar por que me da miedo el desapego y no quiero transmitirle eso a el y entonces busque en Google jajaj como sentirme mejor por esa situación para no trasmitir a mi hijo inseguridad y realmente no encontré gran cosa y sin más ni más entre a Instagram y la primera historia fue de una chica promocionando esta pag de la cual no me iré por que me a encantado… Gracias por estas palabras que para mi son de mucho aliento. Saludos y beso

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