Me encantaría que la vieran para entender a lo que voy con este artículo, ni siquiera la he terminado, no me ha dado la vida, pero me urgía escribir sobre este tema. Es una serie mexicana creada por Manolo Caro, donde de una manera muy cómica y dramática se abordan temas como: infidelidad, bisexualidad, transexualidad, drogas, traición, familia perfecta ante las cámaras y completamente disfuncional detrás de ellas. ¿Les suena? Jajaja. ¿Quién no tiene una familia disfuncional? (Héctor Suárez Gomís dice que “quien no la tiene es porque no se ha enterado”). Yo le creo.
Yo resumiría el objetivo de esta serie como el de muchísimas familias que conozco: “El show debe continuar”.
¿A qué me refiero? En la serie, la mamá se entera de la infelidad del esposo pocos días antes del aniversario de su prestigiosa florería, al ser la familia perfecta ante periódicos, revistas y sociedad, la preocupación más grande de esta señora se resume a que se cancele el magno evento. ¿Qué va a decir la gente? Además de que en el primer capítulo la amante del marido se suicida y más adelante, el esposo va a la cárcel por deudas y le congelan las cuentas. La versión que se le da a la hija más chiquita es que “Papá se fue a Japón de trabajo”. Me he reído muchísimo con esta serie, he vivido en mi propia familia el hecho de alterar versiones ante situaciones muy difíciles por las que alguna vez pasamos.
No fue decisión mía, sino de mis papás, quienes en su momento creían que éramos tan chiquitos que no nos dábamos cuenta de nada y además, claro, ¿Qué iba a pensar la gente? Trabajé hace algunos años en la clínica de adicciones Oceánica, como psicóloga, atendí pacientes y familiares, ya se imaginarán los casos que me tocaron, las historias llenas de dolor, miedo, angustia, adicción, pérdidas, temas muy delicados y este tema surgía en cada una de las sesiones: ¿Qué le vamos a decir a la gente?
Si seguimos con esta línea de comportamiento, esta ideología de excusarnos ante todo con que “Somos padres y lo hacemos porque los amamos” ¿Qué nos espera? Hijos que cometan los mismos errores, que pongan como prioridad lo de afuera, la imagen de la familia, las apariencias, la opinión de la gente y un muy largo etcétera.
Entonces, si seguimos con esta cultura de lavar los trapos sucios en casa y a medias, entonces se trata de pretender, fingir y actuar el papel del papá del año, mamá perfecta, hijos con promedios insuperables y ofertas de chamba internacionales, en vez de asumir cuando la regamos, cuando las cosas están mal y la situación familiar se resume a cero convivencia y confianza; que el papá lleva días sin llegar a casa y no está en Japón, que la mamá sólo actúa perfecta en eventos sociales y en casa es una mujer amargada, en bata, fumando dos cajetillas al día, adicta a Candy Crush y vive quejándose, los hijos emprendedores que en realidad traen la extensión de la tarjeta del Papá y su manera de emprender es viajar y gastar por el mundo sin tener que trabajar, claro está que también es una extensión de culpa, y así, siente que aliviana el daño causado. ¿Si aceptáramos lo que realmente pasa en casa no educaríamos niños sanos, conscientes, con una madurez envidiable y felices con todo y todo?
¿Cómo sería una carta de una Mamá como éstas a su hija? Ahí les va lo que creo, sin letras chiquitas…
Mijita:
Te escribo esta carta porque te amo, te deseo que seas muy feliz, sabes que cuentas conmigo para todo, si me ves a veces cansada o muy sentimental es porque ser madre no es cosa fácil pero yo he sacrificado todo por ustedes. Encuentra a un hombre trabajador, educado, de bonita familia, que tenga dinero, que quiera tener hijos, acuérdate de que esa debe ser tu prioridad, ser madre. Cuando te cases, no te asustes si a veces no llega o te llegan con el chisme de que anda en bares o con otra mujer, es pura envidia, mijita, tu ocúpate de tus hijos, que él se encargue de mantenerlos y tú de educarlos. No estés buscando otra cosa qué hacer, no pierdas el tiempo en otro trabajo ni en más estudios, ya no los necesitas mijita, ya te casaste. Cuando él te pida que se vayan de viaje juntos, que lo escuches, que salgan a cenar, di que te duele la cabeza, mijita, no descuides a los niños, tu tía Lourdes me ha contado unas historias espantosas de las nanas y los niños que se quedan encargados; si eso quiere, que lo escuchen y lo lleven a pasear sus amigos, ya está grande. Seguro te va a reclamar que ya ni lo pelas, así son de malagradecidos, no te preocupes, así son todos. Cuando él tenga ganas de discutir, dale el avión, mijita, que te entre por un oído y te salga por el otro, seguro no es importante, el trabajo los estresa mucho, no lo tomes personal. Y si no tienes ganas de tener más hijos ni pierdas el tiempo en los besos y las noches apasionadas, no vaya a ser que se vuelva uno de esos que quiere cariño y pasión todo el tiempo. Pon buena cara siempre delante de tus hijos, si te sientes mal, si pasó una tragedia, no importa, mijita, tú tienes que levantarte y estar arregladita, que no se te note que lloraste. Todo esto te lo dice tu Mamá que quiere lo mejor para ti, ya lo sabes. Ojalá todas tus amigas tuvieran una Mamá como la tuya que te dice toda la realidad de las cosas, mijita. Luego me agradeces en persona.
Definitivamente, no es la carta que yo recibiría de mi Mamá, pero quizá, ella sí de la suya (y aquí, creo que me van a matar) pero sin personalizar, era de antes quedar bien con el afuera, todo el tiempo y a pesar de lo que fuera. Aunque todos conocemos mil familias (y quizá la somos) que insisten en la fórmula, aunque nadie se las crea.
En TODAS las familias, hay el hijo problemático, un gran fracaso en el área que sea, secretos que se huelen pero que nadie pronuncia y que les pesa en los hombros a cada uno. Ahora está de moda seguir casados pero vivir en diferentes casas, viajar en familia y que los papás duerman en diferentes cuartos. Lo respeto pero no lo entiendo para nada, es una confusión absoluta para los hijos, nietos, familia entera. Además, nadie está exento de tropiezos o errores gravísimos, el chiste está en cómo solucionarlos y no querer tapar el sol con un dedo. ¿No?
De acuerdo, hay situaciones que no son de presumir, claro, y que no hay por qué gritar al mundo entero. Ya lo que le pesa a cada familia (vergüenza, culpa, etc.) parece suficiente. Pero ¿vivir para el afuera, para el aplauso permanente, para gritar lo perfectos que somos? ¡Por favor! Que levanten la mano los o las perfectas. (Y aquí me quedaré esperando la vida entera). Eso no existe. En fin, propongo:
¿Y si dejamos de mandar a nuestras verdades y problemas hasta Japón?
Super de acuerdo, a Japón directo!!! No hay como la verdad y lo autentico aunque duela; conectarse con la vida que esta llena de contrastes y matices y vivir!! Que es increíble, enriquecedor y muy divertido! ; hay que reirnos un poco de nosotros mismos que hace bien ??♀️
Gracias Beatriz!
jajajajja absolutamente de acuerdo. Mi familia es igual… menos famosa pero igual de complicada! que caos!