¿Co dependiente yo?

Sin categoría

¿Co dependiente yo?

Pensé en todas las estadísticas de violencia y depresión que están aumentando drásticamente y que desgraciadamente seguirán si no ponemos un alto y empezamos a ocuparnos de nuestra salud mental. Para todos, esta pandemia mundial está despertando diferentes cosas, todos tenemos días buenos, días malos, ansiedad, angustia e incertidumbre. Estamos por vivir, sino es que ya viviendo, una de las crisis económicas más fuertes de la historia y de esta pandemia van a hablar nuestros hijos y nuestros nietos en la escuela. Esto es completamente nuevo y desconocido para todos nosotros, estar en casa, sin salir, ya llevamos más de un mes y no sabemos realmente cuando terminará. Es por eso que, como psicóloga, estoy muy atenta a mis emociones, conozco la importancia de saber identificarlas, sentarme a permitirme sentir y hacer un plan que me permita estar en paz. Es por eso que busqué a Marisa, autora de “El  libro con alas” y experta  en deshacer nudos mentales y emocionales. Marisa se ha dedicado a estudiar el funcionamiento de la mente, el poder de las creencias y las emociones. Y es una picuda, de verdad me enorgullece poder entrevistarla aunque sea a distancia, hicimos un podcast hace unos meses sobre co dependencia y movió a muchísima gente, nos llegaban y llegaban mails de agradecimiento. Por eso quise entrevistarla una vez más y dejarles este artículo, ya que TODOS SOMOS CO DEPENDIENTES A ALGO y de esta forma podremos leerlo y volverlo a leer cuantas veces sea necesario.
¿Qué es la co dependencia?
Es un término que describe una condición psicológica  que se caracteriza por una preocupación desmedida por la situación de otros individuos. Sin embargo, yo creo mucho en el poder del leguaje y aunque en otras terapias funciona hacer diagnóstico y clasificar al paciente como co dependiente, lo cual es válido, está no es la forma como lo suelo trabajar, pues desde mi óptica y desde el proceso como yo lo trabajo, co dependencia ya es una interpretación que puede limitar y condicionar a  la persona a verse a sí misma con una etiqueta que le impide reconocer que en realidad el/ella es más que un comportamiento, es un ser de posibilidades infinitas. «Que me comporte en ocasiones así no me condena a ser así».
Las personas cuando nos identificamos con nuestro ego, es decir, cuando creemos que somos nuestra imagen, profesión, cuenta de banco, religión, posesiones y de más generamos conversaciones de necesidad y de falta, creemos que para ser exitosos necesitamos tener determinado tipo de cuerpo, de trabajo, de pareja o de relaciones y cómo lo hacemos desde la creencia de que nos falta algo, sufrimos y reaccionamos buscando en los demás lo que no nos estamos dando. Fabricamos relaciones de necesidad porque necesitamos ser vistos. Aguantamos y soportamos con tal de no ser desechados. Tenemos miedo a la soledad y no vemos que quienes se han dejado solos hemos sido nosotros al creer que somos seres defectuosos e indignos. Es tan doloroso que desde ahí salimos a llenar un vacío imaginario, fabricado por creencias que limitan, asustan y generan ansiedad. Llenamos ese vacío con compras, horas de tele, charlas familiares que refuerzan complejos, alcohol, droga, sexo, comida y cualquier comportamiento compulsivo al que soy adicto o dependiente.
¿Todos somos co dependientes a algo?
Claro, sin duda, como seres humanos tenemos apegos, a personas, a comportamientos, a estados de ánimo, etc. Los apegos son del ego y del tamaño del apego es el sufrimiento. Sin duda desde nuestra mente identificada con el sistema de creencias de ego todos tenemos apego a algo. A veces hasta nos apegamos a cosas que parecen lindas o funcionales, pero que si observas son un arma de doble filo. Ejemplo: Cuando una persona cree que ser exigente lo hace desarrollarse mejor, vive desde la exigencia y esto lo lleva a un diálogo interno con el que se regaña y se critica con la idea de que esto le ayudará a ser mejor.
Se vuelve adicto a la exigencia porque cree que depende  de ese comportamiento para sentir que es alguien en la vida, para lograr y conseguir. Pero lo que no ve es, que la exigencia viene de la carencia. Es cansado vivir desde ese lugar porque esto solo refuerza la idea de insuficiencia y desde ahí las cosas se empujan, pero no fluyen.
Hay personas que dependen de sus parejas, madres que dependen de sus hijos, hijos que dependen de sus madres, personas que dependen de sus pensamientos de terror para sentir que ellos les avisa que se protejan.
También cuando reprimimos emociones y no las expresamos nos anclamos y generamos dependencia con el pasado y con personas.
¿Cómo aprender a poner límites?
Los límites comienzan en la mente. Poner límites a los pensamientos y creencias de carencia, insuficiencia y de falta que tienes sobre ti. Cada que venga la creencia de que no eres nadie, de que no puedes, de que te falta, de que no vales, de qué no mereces… recibe el pensamiento y dile:
«Gracias, sé que durante años has venido con la intención de protegerme para no estar expuesto, pero hoy puedo reconocer que ya no te necesito, hoy estoy dispuesto a ver que soy una ser de posibilidades infinitas».
Poner un límite a estos pensamientos no funcionales es el primer límite. Puedes hacer un diario de conciencia incluso para identificar tus pensamientos recurrentes que te llevaban a comportamientos de dependencia.
El segundo límite proviene de elegir en qué vas a enfocar tu atención:
-¿Miedo o amor ?
-¿Caos o paz mental?
Y el tercer límite es usar un leguaje claro de poder para generar peticiones y acuerdos con otros.Los límites se ponen con peticiones, es decir con el poder del lenguaje. Comprender que:
«El otro hace lo que puede con lo que tiene y a mí no me toca cambiarlo, sino amarlo y aceptarlo ( dejarlo ser lo que es) y desde mi poder decidir si me funciona seguir co creando realidades con esa persona o no»¿Cómo desenredamos nudos?
Cuando te das cuenta de que  el comportamiento de dependencia no aparecía para lastimarte, sino para invitarte a la introspección para ver cuál es la información que generaba el gancho que te engancha. Cuando entiendes que  la persona, la situación o lo que sea de lo que dependes es un maestro para tomar consciencia ahí te reencuentras con la paz.
Las adicciones son un síntoma de lo no expresado, de lo acumulado, de lo no dicho, de los secretos de lo callado y de lo que hemos ocultado. El síntoma te habla, te avisa que estás percibiendo y creyendo información poco amorosa y funcional de ti y de lo que te rodea.
Ahí comenzamos a despertar a nuestro poder interior y empezamos a sacar las conversaciones de culpa y victimización de la ecuación.-La culpa sepulta
-El perdón es la medicinaMe perdono por pensar que mi poder estaba en el exterior: En mi pareja, en el alcohol, en el ejercicio excesivo, en la comida, en lo que piensa mi mamá o la gente de mí.
Me perdono y me libero.Toca voltear a vernos con compasión que no es lástima sino reconocimiento del camino recorrido, humildad y amor.

¿Quién sería sin esa necesidad independencia?
Un ser libre

¿Cómo dejar ser al otro lo que es?

Entendiendo que tú puedes tener una intención de ayudar al otro, pero para poderlo ayudar se necesita su voluntad, de lo contrario no ayudas, estorbas e invades y saliéndonos del juicio de pensar: yo estoy bien y tú estás mal. Cada quien en su mente cree que tiene las perfectas razones para comportarse como lo hace y mucho de nuestro comportamiento es inconsciente.
Lo que hacen…No te lo hacen, sé lo hacen a sí mismos y tú decides si lo tomas personal.Nos toca respetar el proceso de vida de cada quien y elegir si nos funciona generar realidades juntos o si nos funciona que cada quien continúe su camino.El ego desde la óptica como yo lo explico y trabajo es cualquier pensamiento que te saque de estar en paz.
Es una voz que regaña, exige, crítica,  juzga, con la supuesta finalidad de “proteger”
Es inconsciencia, pero en lugar de rechazar esta voz la podemos ver cómo un facilitador de autoconocimiento, como un niño asustado que busca protección y consuelo.
Escribir los pensamientos y la forma en la que nos visita dicha voz nos permite tomar consciencia y elegir otra conversación . Ejemplo:
-Necesito que Juan me escuche
Es más bien: «Necesito escucharme»
-Necesito dejar de escuchar el pensamiento de que Juan no me escucha, pues cuando lo escucho no me escucho.¿Y en esta cuarentena Marisa? ¿Qué debemos hacer para estar mejor?
Las cuarentenas son limpieza y depuración, es una gran oportunidad para la reflexión para plantearnos preguntas del tipo.
¿Qué no había visto de mí que hoy estoy dispuesto a ver?
¿En verdad estoy siendo la persona que quiero ser?
¿Estoy viviendo una vida por elección o por programación?
¿Qué estoy dispuesto a soltar hoy de mi sistema de pensamientos que ya no me funciona?
¿Qué comportamientos  poco funcionales hoy puedo transformar por prácticas que extiendan en amor por mi y hacia otros?
¿Qué puedo aprender de esta situación?
¿Cómo la quiero vivir como un obstáculo o como una invitación?
Me parece increíble cambiarnos el chip en esta cuarentena, leí muchas veces esta entrevista que le hice a Marisa y wow, tengo mucha chamba interior pendiente y los míos también. No inviten al esposo a leer esto, no obliguen a los hijos, así no funciona. En mi experiencia con tantos cursos y diplomados que he tomado sobre superación personal y otros temas, como mejor funciona es PREDICANDO CON EL EJEMPLO. Y funciona, como efecto dominó todo empieza a acomodarse.
Y como me dijo Marisa: «Mientras el ser humano crea y sienta que le falta algo, dependerá de algo del exterior. Debemos dejar de pensar que somos seres defectuosos o incompletos».
Con eso cierro y les dejo sus datos porque es una joya y agradezco muchísimo tenerla en mi vida.

Marisa Gallardo

Contacto:

@vozconalas 
marisagallardo.com

One Comment

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *